Desapruébese (Pero ríndase)
Por mayoría, el CD sentenció que los números del Bertellysmo no cierran. Definido en la antelasala por la Secretaria de Gobierno como “La Cámpora, Duclós, Yannibelli y Colomé se unieron contra Bertellys”, el despacho por mayoría de la oposición desaprobó el Presupuesto 2021. Fue por 13 votos a 5. Todavía queda un pagaré: las cuentas cerrando con argumentos insoslayables, traducidos en políticas positivas concretas.
Francisco Blando
El resultado se anticipó con un furcio oficialista: en lugar del despacho por minoría – abogado defensor del déficit comunal-, el concejal Lucio Mansilla leyó el despacho por mayoría de la oposición; fiscal de los excesos presupuestarios del Municipio durante el 2021. La diferencia era así de sustancial. El primer folio llevaba las firmas de Mansilla y de Pedro Sottile, convalidando, como Juntos por el Cambio, un deficit primario de 334 millones, más un exceso presupuestario de 640 millones de pesos por parte de la actual Gestión; el segundo, con la estampa de Laura Aloisi y Claudia Bilello, por el FdT, y de Juan Louge por Podemos, rechazaba la rendición de cuentas del Ejecutivo.
“La Cámpora, Duclós, Yannibelli y Colomé se unieron contra Bertellys”, fue el título de esta sesión especial de acuerdo al relato oficialista, reinstalado por la Secretaria de Gobierno, Fernanda Ibarra, en un comunicado a dos días de la jornada legislativa. Un relato que caracteriza al arco opositor como obstinados e irreverentes persecutores del gobierno, y no como ediles que, en cumplimiento del artículo 65 de la Ley Orgánica, procedieron a evaluar los estados contables exhibidos por la rendición de cuentas 2021.
De acuerdo a la épica bertellysta, reforzada también en la previa por el mismísimo Secretario de Hacienda y Administración, Agustín Carús, tanto el déficit como los excesos están justificados conceptualmente, «porque están relacionadas a gastos en Salud, Desarrollo social y a todo el esfuerzo que nos generó la pandemia».
Es decir, que las presuntas consecuencias favorables del gasto desmedido, debieran palparse cotidianamente los pasillos de los Hospitales, tanto como en las calles y en los techos de los barrios. Pero son pozos y ausencia de servicios lo que ofrecen estos últimos, y desidia lo que devuelven el Pintos, el Castells Solá y el Ferro.
Entonces: ¿es enseñamiento ideológico, o el apropiado rechazo de una gestión inoperante?
El relato de la Salud
«Los concejales se han propuesto perjudicar a la actual gestión sin importar con quienes deban aliarse en lo ideológico (…) Lo único que representan son sus intereses y negociaciones personales, o el odio a Bertellys”.
Este presunto encono justificaría, según Ibarra, que la oposición haya desaprobado el exceso presupuestario 2021. «Porque el Municipio priorizó durante todo el año – juró además Ibarra – el destino de partidas económicas para áreas particularmente importantes, como son Salud y Desarrollo social». Causalmente, los mismos departamentos que Carús distinguió como prioridad de la Gestión.
Ningún bloque opositor disentió en la previa, o durante la sesión especial, con las mencionadas prioridades en el contexto pandémico e inflacionario reinante. Hablamos de la misma oposición que apoyó, por unanimidad, el presupuesto presentado por el Ejecutivo para el 2021. Referimos al Concejo Deliberante que tiene la obligación de fiscalizar cómo lo ejecutó, y de qué manera gastar más de lo que se percibió, fue perjudicial para un sector, o para toda la comunidad en su conjunto.
Cualquier ciudadane puede, por voluntad propia, efectuar una inspección de la rendición de cuentas municipal. Y esta posibilidad desmitifica la versión bertellysta de que evaluar el presupuesto nace de negociaciones ideológicas, fogueadas por el odio al gobierno de turno. Alcanza con dos herramientas: el acceso a la situación económico-financiera del Partido (subida a la web de Azul Digital), y el recorrido por sus calles, barrios e instituciones.
Veamos qué (no) reflejan los millones invertidos en Salud, dentro del Partido que desde marzo – y al menos hasta octubre – subsiste en emergencia hospitalaria. De las cifras de la propia rendición de cuentas surge que la diferencia entre los ingresos de recursos ingresados para Salud por $ 1.089 Millones (incluyen $ 91.100.000 para cubrir el déficit de su formulación), contra los gastos erogados por $ 1.138 millones para el área existe sólo un déficit de 48,5 millones de pesos. O sea, el 6% del déficit total del presupuesto, pues el 85% lo representa el gasto en sueldos y el 9% restantes las demás áreas. Por cierto, se sub-ejecutaron recursos recibidos por el Ministerio de Desarrollo Social para Covid-19 por una suma de 3,5 millones de pesos. Así también existen 97.8 Millones de pesos enviados en préstamos por la Provincia de Buenos Aires que aún no se devolvieron.
Ahora bien: tocar el fondo de la emergencia hospitalaria tiene su raíz en la inoperante ejecución de esos fondos, y existen ejemplos fatídicos que evidencian fallas estructurales en el sistema de salud azuleño. Uno de ellos se dio en el pasado reciente, precisamente en enero, con la crónica de muerte anunciada de una vecina chillarense, por una ambulancia que nunca llegó. La paciente, de 61 años, era trasladada con destino al Pintos, pero a mitad del camino el vehículo, recientemente emparchado, sucumbió. A pesar de un trasbordo, los únicos en llegar al Hospital de la ciudad cabecera fueron sus allegades, sólo para enterarse allí que su familiar no había resistido.
A la par de esta muerte evitable, la filmación de Pablo Disalvo, exhibiendo cómo trasladó a su madre con la cadera quebrada en la caja de la camioneta, desataron en Chillar una pueblada histórica. No sólo para visibilizar que ninguna de las dos ambulancias del Ferro funciona debidamente, o acusar la insuficiencia de equipamientos e insumos en la atención primaria y específica de la comunidad chillarense; se movilizaron para que el Municipio garantice en el Hospital un director competente, una guardia y un personal permanente, un derecho a la Salud Pública palpable y presente. Lo exige el Ferro, lo imploran por igual el Pintos y el Castells Solá.
Por lo pronto, tomando las últimas declaraciones al respecto por parte del Director de Salud, Martín Maraschio, «en la actualidad existen solo dos profesionales médicos en cada uno de ellos que residen en las respectivas localidades». Maraschio aduce haber realizado «diversos llamados y gestiones para cubrir guardias en estos nosocomios» – la última en marzo – aunque la negativa se explica en la «escasez de profesionales médicos en la región». Una respuesta espejo a la que obtuviera en noviembre el grupo de chillarenses autoconvocados por el Ferro, en boca de autoridades del Hospital y del municipio: «los profesionales locales no quieren o no pueden».
Así llegó el Partido de Azul a la Emergencia Hospitalaria declarada y aún vigente. Y así resiste la cuarta ola de COVID-19: con un sistema sanitario dos veces colapasado por la pandemia, e incapaz de garantizar siquiera la guardia en uno de los tres hospitales del Municipio.
El relato del Desarrollo
«Trabajamos para que todos los argentinos tengan las mismas oportunidades de crecer y mejorar su calidad de vida». De esta manera define sus objetivos el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y puede inferirse que son perseguidos ecuánimemente por la Dirección de Desarrollo Social, dependiente de la Subsecretaria de Desarrollo Humano y Abordaje Integral de la Municipalidad de Azul.
Carlos Peralta a cargo de la última, y bajo su ala Pierina Taborda como Directora, son les máximos responsables de plasmar lo que tanto el Secretario de Hacienda y la Secretaria de Gobierno ubicaron, junto a Salud, como la prioridad que justificaba los excesos presupuestarios del 2021.
Peralta y Taborda debían promover acciones inclusivas entre vulnerables. Programas que sostengan necesidades básicas, y políticas que garanticen el pan, el trabajo y la vivienda digna. Debían lograrlo con un ínfimo presupuesto de $40.783.861, ante las fluctuaciones inflacionarias del mundo e hiperinflacionarias del país, y el arrastre de una deuda municipal histórica con los derechos esenciales de las clases marginales azuladas.
Existe un barrio que refuta, con su cruda miseria, que el Bertellysmo se haya endeudado en el 2021 para priorizar el Desarrollo Social. Un barrio negado y olvidado sobre un margen, donde abunda el piso de barro, no existe el gas ni el tendido eléctrico, y se come salteado; donde quien goza de salario – como aquél que dispone de alcohol en gel -, es un privilegiade, y donde en pleno siglo XXI, la ausencia del Estado te obliga a conectarte a la red eléctrica de manera ilegal, y a consumir agua de pozo para lograr la subsistencia de tu familia.
Las más de 80 que viven en el San Martín de Porres pelean cotidianamente con las necesidades básicas insatisfechas, como tantos otros barrios periféricos de la ciudad cabecera. El Municipio se palpa en ellos a partir de su ausencia, aunque asome circunstancialmente, como lo hizo Bertellys en el San Martín allá por octubre de 2020, para prometer lo que todavía adeuda: 4400 metros de línea eléctrica, con la incorporación de 100 postes, y 4500 metros de cañerías de agua.
«Esta obra viene a reafirmar la identidad de los vecinos – exclamó el Intendente en aquél octubre, durante su última visita al San Martín hasta la fecha- porque durante años, cuando eran pocas casas, lo que se intentaba era erradicar este lugar, y hoy es un barrio que va evolucionando, que les permite seguir progresando».
Falsas promesas en torno a la vivienda digna, que también padecen les beneficiaries de Construyendo Azul: la única política pública municipal propuesta por esta gestión. El Programa de «Lotes con Servicios» se formalizó en 2018, mediante la Ordenanza 4.267, y se presentó como una intervención concreta del Municipio para dar respuesta a la gran demanda habitacional; presionar al mercado inmobiliario, y posibilitar el acceso a suelo urbanizado, generando lotes con la infraestructura de servicios adecuada a valores accesibles.
Entre junio de 2019 y enero de 2020 se realizó la preinscripción, la inscripción, y el sorteo de más de 300 lotes. Más de 300 familias azuleñas comenzaban a edificar el sueño de la casa propia. Se adjudicaron 143 lotes en el área conocida como Chacra de Bruno y 159 lotes en el SOCOA. La Ordenanza era clara respecto de la responsabilidad del municipio en la dotación de infraestructura: desde la apertura de calles, a las redes de agua, gas, media tensión, red domiciliaria y el alumbrado público.
Les propies vecines denunciaron, a lo largo de 2021, que las obras de agua y cloacas en curso están siendo financiadas por Nación; que en SOCOA, pero sobre todo Chacra de Bruno, falta la más elemental demarcación de muchas de las calles; que el acceso a la luz eléctrica está supeditado a la capacidad de negociación particular de les adjudicatarios con la Cooperativa Electrica.
Inmovil ante el reclamo público de ambas vecindades – aunque no indiferente al agosto electoral – el Bertellysmo consideró pertinente redoblar su política habitacional: enmarcados en la misma ordenanza del programa original, haría realidad Construyendo Cacharí y Construyendo Chillar, de 60 y de 30 lotes respectivamente.
Recién en febrero del corriente el Municipio dio a conocer el – de momento – único avance relativo a sendos programas, un paso antes administrativo que material, anunciando la lista de postulantes pre aprobados para participar del sorteo de unas y otras parcelas.
Fue por aquellos días, mientras el Deliberante debatía un Proyecto de Información alusivo a los servicios que nunca llegan al Construyendo Azul, que el Intendente Bertellys decidió ahorrarse respuestas con acciones, para ofrecer un interrogante a les adjudicataries a través de Somos Azul: «¿De qué se quejan?».
“Acá está Bertellys poniendo la cara y el lomo también”, retrucó colérico el Jefe Comunal, ya que, según su lectura, les adjudicatarios recibieron gratis terrenos en su origen cotizados alrededor de los 20 mil dolares.
El relato de las calles y el Cementerio
«Nuestra prioridad ha sido el estado de las calles, ya que los vecinos no han marcado la necesidad urgente de la reparación y del mantenimiento en algunos lugares, y en eso estamos trabajando. Como en su momento nos marcaron la importancia de trabajar por mejorar el estado del Cementerio Municipal.»
Las intransitables calles de Villa Piazza Sur, por ejemplo, forzaron con su estado que los colectivos de Transporte Unión modificaran su recorrido por el barrio. A pesar de que tomó estado parlamentario y fue discutido en la penultima sesión del CD del 2021, no se registran anuncios para una mejoría vial en el barrio industrial. En consecuencia, tampoco los hubo para el más de medio centenar de calles intransitables a lo largo y ancho del Partido, capaces, incluso, de alojar una auténtica laguna en tiempos de lluvia copiosa.
Si el Bertellysmo aduce que el estado de las calles fue objetivo central desde el primer mandato, es porque no teoriza en base a lo conquistado, sino en lo invertido. El comienzo fue auspicioso allá por 2017, con el anunció del “programa de emergencia para el arreglo de calles de tierra en los sectores más comprometidos de la ciudad. Se comunicó la compra de 7 mil toneladas de dolomita y 3. 500 toneladas de tosca y la contratación de “cinco máquinas, con retroexcavadora, motoniveladora y pala cargadora”; el organigrama se acordó con las comisiones vecinales, y se generó “un proceso de lunes a jueves en dos frentes de trabajo, y después nos queda viernes y sábado como fechas independientes para trabajar en las emergencias”. Un plan progresivo de construcción que daría como resultado cordón cuneta en 600 cuadras del Partido.
En cuanto al Cementerio Municipal, su estado de abandono y desidia es de unánime conocimiento por parte de la sociedad azuleña. A lo largo del año pasado circularon numerosos testimonios de vecines denunciando el destrozo y/o el robo a discresión de tumbas familiares. Las más afortunadas, recuperaron parte de lo profanado por obra y gracia de un sospechoso hallazgo al interior de una cava cercana a la estancia «La 42», unos 500 objetos hurtados de la necrópolis (placas de bronce, cruces, candelabros y aluminios) encontrados por personal de la Comisaría 1°.
El cambio de horario para las visitas es de momento la única medida concreta del Municipio en torno a la necrópolis. Respecto a las acciones prometidas, desde el gabinete deslizaron un refuerzo de personal para el monitoreo y la seguridad, aunque los únicos pasajes de resguardo para tumbas y bóvedas son gracias a jornadas convocantes de caracter circunstancial, propios de la filmación de una producción trasnacional, o del desarrollo de una visita guiada.
Por transparente que sea, si la cuenta no cierra, no es cuenta clara
El año pasado, Azul Digital comenzó a ofrecer de forma semestral la Situación Económica Financiera del Partido. Nobleza obliga, se trata del mayor – y quizá el único – avance del Bertellysmo en pos del derecho de acceso a la información pública. Pero resulta, para la Gestión, su peor herida autoinfligida, permitir que cualquier ciudadane diferencie gasto de inversión, contraste el déficit propio con superávit ajenos, y asimile la falta de servicios y mejorías que el exceso presupuestario debió traer a su vida. La rendición de cuentas 2021, el ejercicio más transparente y a la vez la cuenta menos clara.
Con su desaprobación, desde el intendente hasta Carús, pasando por Ibarra, Sottile y el resto de las referencias bertellystas, tendrán que descartar el relato del odio, la teoría conspiracional para explicar los desajustes financieros, la incapacidad para prestar servicios y para realizar obra pública por administración a partir de otros factores.
Además, porque la comparativa financiera entre Azul y otras comunas de presupuesto semejante, arrojan una marco macroeconómico en común: la pandemia y la inflación golpearon de igual manera a los 135 municipios bonaerenses. Para ejemplo al voleo sirve Trenque Lauquen, un municipio con ingresos similares a los de Azul.
El Gobierno del cambiemita Miguél Fernández registró un ingreso total de 3.750 millones de pesos, unos 277 millones más que los percibidos por el Bertellysmo. A la hora de los resultados, Trenque Lauquen logró un superávit de 408 millones, mediante un gasto de 3.341 mil millones, en tanto Azul cayó en deficit al desembolsar 3.829 mil millones, es decir, un exceso presupuestario de 354 millones de pesos.
Gran parte del déficito azuleño se debe al gasto en personal, sin embargo, el (representa el 56% del total de los gastos) gasto en personal de Trenque Lauquen es proporcionalmente superior al de Azul. Acá se ha gastado en personal un 41% por encima de lo presupuestado. Cómo explicó horas atrás en este 6 de junio, el ex concejal y tesorero municipal, Omar Norte:
«Claramente la pauta salarial aprobada era con cero aumento salarial, o sea un exceso de 690 millones de pesos… el 85% del déficit fiscal, pero los sueldos municipales aumentaron sólo un 36% anualizado perdiendo 15 puntos en relación a la inflación, habiéndose aumentado la planta de empleados de 1820 a 1850 agentes, a lo que debe sumarse los contratos de locaciones de obra con monotributistas y autónomos significando casi 2.000 personas en total trabajando en el municipio, un verdadero desaguisado».
El dilema no está en la cantidad, sino en la utilidad de los medios y las fuerzas de producción municipales, ninguneados ante cada tercerización que desestima la prestación de servicios estatal, con Transporte Malvinas como el más grande aliado y beneficiario del actual gobierno a la hora de absorber obras y servicios. En paralelo, decenas de proovedores aguardan por su paga – algunas con años de retraso – que termina llegando por el cobro de precios abultados para compensar el efecto inflacionario, lo que impacta fuertemente en el gasto municipal.
Las subejecuciones, primas cercanas de la tercerización, congelan y vuelven inerte lo que pudieron haber sido inversiones sustanciales para les azuleñes. Se sub-ejecutaron recursos afectados para arreglos de caminos rurales por 37 millones de pesos, en momentos que resulta trascendental tener una red vial en condiciones para la salida de la producción y el acceso a escuelas rurales (para ejemplo basta el paraje Martín Fierro) Asímismo, el fondo de Infraestructura Municipal se sub-ejecutó en un 47% menos.
En sintonía con los fondos del COVIR e infraestructura municipal, recordemos la subejecución de recursos recibidos por el Ministerio de Desarrollo Social para Covid-19, por una suma de 3,5 millones de pesos. Asímismo existen 97.8 Millones de pesos enviados en préstamos por la Provincia que aún fueron devueltos. Y se subejecutó el Fondo Educativo en momentos en los que innumerables establecimientos educativos no cuentan con instalaciones de gas y otras necesidades de infraestructura; disponiéndose en caja 28 millones de pesos inmovilizados.
Todo avalado por la cúpula de un organigrama cercano a los 70 funcionaries, de los cuales la mitad se concentran en Salud, Espacios Urbanos y Servicios Públicos – donde el mayor gasto es de Malvinas -, Obras Públicas y Gobierno. Funcionarios de una gestión que tiene fecha de vencimiento, pero que pueden realizar las reasignaciones presupuestarias que le permite realizar la Ley Orgánica de las Municipalidades, si su prioridad fuera la gente.
Siendo esa la prioridad, elevarían al mismo status a Desarrollo Social, Cultura, Educación y Deportes, o Empleo y Producción, esta última con apenas 38 millones a disposición, de los cuales 22 millones se van en sueldos. También sería objeto prioritario la Dirección de Políticas de Género, Niñez y Adolescencia, a cargo de la Secretaria de Gobierno, en la cual más del 76% de los 20 millones presupuestados son para gasto en personal, restando 5 millones para llevar adelante las políticas integrales en materia de género que demanda una sociedad para ser más justa e igualitaria.
Desaprobar las cuentas no puede eximir al Bertellysmo de rendirlas. Debe pasearse por los espacios públicos descuidados, los sitios de memoria vandalizados, y ofrecer más que un cambio de horario que despiste al malhechor de turno.
Ahora que sí las ve y escucha, las culturas azuladas exigen un ejecutivo que implemente los fondos para salvarles de su emergencia, como urgente es que planifique un sistema vial que salve las muertes evitables por el transito mejorable. Los barrios azules imploran por un intendente que dé la cara en nombre de la super cuadrilla, y tapar con obras las calles laguna, las arterias intransitables hasta para el camión de la basura. Debe sentarse en las aulas donde por frío no se puede estudiar, y decirle a les pibes qué gasto fue más importante que sus medidores de gas.
La cuenta no estará rendida hasta que los barrios donde prometió servicios – con prioridad en los que nunca existieron -, escuchen «acá está Bertellys, poniendo la cara». No para preguntarse por qué se quejan, sino para consagrar los derechos esenciales que postergó a fuerza de deudas, de omisiones, e incluso, de negligencias.