El compromiso de comunicar en tiempos difíciles

Quiénes hacemos #AHEE. Qué implica fundar, en medio de una pandemia mundial y un entramado de crisis locales, un proyecto motivado por modificar lo establecido.

Por: Francisco Blando (Director de Azul Hasta El Estallido)
“Sobre todo examinen lo habitual. No acepten sin discusión las costumbres heredadas. Ante los hechos cotidianos, por favor, no digan: Es natural. En una época de confusión organizada, de desorden decretado, de arbitrariedad planificada y de humanidad deshumanizada…
Nunca digan: Es natural, para que todo pueda ser cambiado.”
(Bertold Bretch)

En la siempre dinámica y compleja tarea de autopercibirse, quienes formamos Azul Hasta El Estallido (#AHEE) le definimos como un proyecto comunicacional, social y cultural con fines transformadores. No lo hacemos pretensiosamente: estamos anunciando el objetivo únivoco de este equipo multidisciplinario por derribar estructuras impuestas y reparar realidades tortuosas en Azul, territorio común de pertenencia.

Detrás de «El Estallido» hay un colectivo de profesionales azuleñes – provenientes de la clase trabajadora, y orgullos de pertenecer a la Educación Pública, Gratuita y de Calidad -, que interpretan a la comunicación como una herramienta polifacética esencialmente transformadora. Creyentes del poder de la palabra, devenida en sentidos y en acción, a partir de la cual ejercer una serie de facetas imprescindibles del oficio periodístico. Adherentes por igual a los sentidos políticos de todo hecho cultural, es decir, aquellas capacidades de interpelación y empoderamiento que tienen sus efectos manifiestos.

Sintentizando: somos un proyecto y no un medio, porque lo nuestro no se agota en el arcáico concepto de periodismo convencional – teóricamente objetivo e informativo – sino que logra trasvasarlo en tanto representa una convergencia interdisciplinaria, capaz de comunicar, de forma alternativa y comunitaria, desde un posicionamiento tendiente a los sentidos populares y los sentires pluriculturales del suelo azuleño. 

Nuestro contenidos multimediales están guíados por las banderas de la veracidad informativa, la denuncia propositiva y la proactividad colectiva, pero lo que es aún más elemental, disponen del valor agregado de lo comunitario, esto es, la intencionalidad de formar lectores/oyentes que sean prosumidores y difusores de sus propias expresiones culturales y testimonios socio-políticos. Certeros en el arte de interpretar que toda información es un recorte deliberado de una determinada «realidad», y que lo «natural», a decir de Bertold Bretch, es «una arbitrariedad planificada» plausible de ser cambiada.

Recalando en aquello de derribar estructuras impuestas en Azul, con estas bases proponemos aplacar aquellas costumbres heredadas de perfil elitista o europeizante, en favorecimiento de las raíces aborígenes, afroamericanas y minoritarias negadas desde la colonización del Calvú. En cuanto a la reparación de realidades tortuosas, nuestro camino comienza desmitificando el relato falaz de que sólo fuimos (y seguiremos siendo) una localidad con forma de estancia, dependiente del sueldo administrativo o del comercio familiar: primera parada hacia el debate horizontal, entre infinidad de transformaciones, acerca de las viabilidades y potencialidades de una matriz productiva diversificada y sustentable a favor del grueso poblacional del Partido. 

Como garantía para inmunizar este abordaje comunicacional de los condicionantes del Poder de turno, prescindiremos rotundamente de los mecanismos económico-coercitivos de las pautas publicitarias municipales, provinciales y nacionales. Cabe aclararlo, jamás seremos veedores de los posicionamientos ideológicos de otres trabajadores de prensa, pero siempre confrontaremos con la línea editorial de grupos hegemónicos con tradición de fidelidad al establishment y a lo establecido, y pondremos en evidencia a los operadores mediáticos en su tarea de reproducir discursos ajenos a expensas ajenas. Nos oponemos a «tapar la realidad» por intereses económicos; nos negamos a «hacer tapa» del acto de desinformar o tergiversar, concientes de los resultados nocivos sobre los derechos de la información en particular, y contra otras dignidades inherentes a la sociedad en su conjunto. 

Podrían rastrearse antecedentes de medios criollos cercanos a tales aspiraciones, que debieron nacer en contextos de insurgencia social o de genocidio, cuando no de hambruna o miseria generalizada. Rodolfo Walsh y su Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) inmortalizaron ese prototipo insoslayable de periodismo activo y militante, porque la existencia de medios como ANCLA responden a una elección de comprometerse, desde la acción periodística, con las urgencias de su propio momento y lugar. De su propio pueblo y su derrotero de luchas. 

Azul Hasta El Estallido no eligió lanzarse en un 2021 signado por el COVID-19, y envuelto en una amalgama de crisis a escala nacional, regional y local con Azul como epicentro bonaerense de la pandemia. Sin embargo, «El Estallido» debe nacer en este escenario para cristalizar la máxima walshiana de volverse testimonio en tiempos difíciles, ejerciendo el valor transformador de la comunicación cuando nuestra ciudad resiste, además de la emergencia sanitaria, urgencias económicas, administrativas e identitarias. Así nos lo demanda el cuadro de precariedades laborales en su interior, las miserables condiciones en sus márgenes más profundos, y los derechos postergados entre sus pobladores más invisibilizados. 

Todo puede ser cambiado. Si tiramos abajo la desinformación e indiferencia, y nos resistimos a la existencial angustia que genera este tiempo fuera de quicio, se abre una oportunidad irrepetible para resignificar lazos, mandatos, derechos y libertades al interior de «lo que ya existe». No lo planteamos utópicamente: abrimos la invitación para que acompañen a este colectivo de azuleñes obstinado en la tarea de comunicar para demostrarlo.

Como Director de #AHEE me complace expresarles nuestro más sincero y profundo agradecimiento a quienes decidan apostar por «El Estallido» a lo largo de su revulsiva existencia: creyendo que podemos construir – ustedes y nosotres -, ese proyecto transformador de propias y cercanas, cotidianas e históricas, realidades opresoras.

 

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