Un paro a la falsa libertad, una defensa la patria que no se vende

 

Hubo una consigna que condensó, tal como lo venía haciendo en los diversos cacerolazos espontáneos del 10 de diciembre al a fecha, el primer paro general contra las medidas pioneras del gobierno de Javier Milei. Un cántico repartido en dos, que hizo mella en las decenas de movilizaciones a lo largo del país y en diversas ciudades del mundo, durante la tarde del 24 de enero. “La patria no se vende; la patria se defiende”. Todo cuanto se advierte en riesgo con la administración anarco capitalista de Javier Milei, confeccionó una bandera multisectorial, interdisciplinaria e interclasista, contra la receta de privatización y ajuste del DNU 70/2023 – en vigencia desde el 29 de diciembre -, en repudio al proyecto de restituir el impuesto a las ganancias, y  en rechazo sideral a la ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”: un paquete de reformas inconstitucionales, avasallamientos del sistema democrático, y supresión de numerosos derechos esenciales y adquiridos en la Argentina, bajo el pretexto de encarnar el cambio profundo que le reincopore a su falaz colofón de potencia mundial decimonónica.

La plaza de los Congresos, sede de la marcha central convocada por al CGT, fue receptando  a los cordones que se extendían por más de 6 cuadras en la Avenida de Mayo. Mles de almas circulaban en las narices del protocolo antipiquete de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, reducido a mera marquesina en esa y cada arteria federal colmada por la protesta, exceptuando quizá el retén policial que impidió, corte del puente Avellaneda mediante, la incorporación de hileras de manifestantes provenientes del sur del AMBA.

La palabra de Pablo Mayo, secretario general de Camioneros, dio apertura al acto principal con la figura del ministro de Economía Luis Caputo, como principal apuntado. Moyano recogió aquél espaldarazo de Milei cuando dijo que había que llevarlo en andas por el nivel de inflación del 25%. Entonces exclamó: “Si lleva adelante estas medidas, los trabajadores, los jubilados y los más humildes lo van a llevar en andas al ministro pero para tirarlo al Riachuelo”, advirtió el dirigente. Minutos atrás, el responsable del endeudamiento con el FMI por un siglo, durante el mandato de Mauricio Macri, había utilizado la ex Twitter para subrayar las consecuencias que padecerían las Provincias, en el caso de que fuera rechazada la desregulación ecónomica explícita tanto en el decreto como en la colosal ley.  Hubo cruces con los diputados «dialoguistas» Pichetto y De Loredo, sin que estos cortocircuitos lo hicieran recular del tono intimidante con que marcó que «el deficit cero no se negocia».

El DNU 70/2023, que deroga y modifica cientos de leyes con un mecanismo que, a menos que sea rechazado por ambas cámaras del parlamento, tiene aplicación automática. “Su primer acto de gobierno es un Decreto de Necesidad y Urgencia que, entre otras muchas medidas arbitrarias, anticonstitucionales y lesivas de un vasto número de derechos civiles, comerciales y sociales, introduce una feroz reforma laboral regresiva cuyo único objetivo es disciplinar a los trabajadores, cercenar la actividad sindical y solo privilegiar intereses empresariales”, consideraron.

Luego de la desconcentración de la marcha por el paro general de la CGT, desde el gobierno nacional estimaron que en la Ciudad de Buenos Aires participaron 40.000 personas.

Por otro lado, desde la central obrera manejan números muy diferentes: estiman que 600.000 personas marcharon en el centro porteño, mientras que aseguran que fueron 1.500.000 los manifestantes en todo el país.

Como fuera, cualquiera de las cifras ostenta una diferencia colosal con el puñado de centenares que vitoreó el discurso del presidente electo en la misma locación.

Azul marchó para no rematarse

La convocatoria local comenzó a copar la Plaza San Martín pasadas las seis de la tarde. En su mayoría convocando para las 19 horas, el arco manifestante de Azul estuvo animado desde varios frentes; gremios y sindicatos mayormente nucleados en la CGT; referencias partidarias del peronismo, la izquierda y hasta del ex vecinalismo de Podemos; impulsores de la asamblea multisectorial, comisiones de Derechos Humanos y presencia de artistes y hacedores culturales; feminismos y disidencias, y amplios cordones de vecines autoconvocados. Se veía niñeces en andas, contra toda doctrina persecutora de Bullrich al respecto, a metros de octogenarios con todo el derrotero de resistencia popular argentino en sus espaldas. La ausencia del intendente Nelson Sombra, en tanto, respondió a su elección de la marcha central en Congreso como área de exposición, donde las propias redes le mostraban por 9 de Julio en pleno diálogo con Carlos Bianco, ministro de Gobierno de Axel Kiciloff en Provincia.

No hay excepción alguna para el Partido de Azul en cuanto los efectos regresivos y terminales de las «bases» del macrimileismo, tanto en el decreto que pretende derribar intempestivamente cientos de leyes y disposiciones, una parte sustantiva de la arquitectura jurídica de nuestro país, como si un iluminado asesor en las sombras pudiera decidir, por sí solo, en qué sociedad debemos habitar; y un proyecto de ley que todo lo abarca y que el parlamento debe discutir sí o sí de manera intempestiva. De manera más o menos directa, las consecuencias adversas del experimento libertario azotarán el territorio argentino en su conjunto.  Pero la historia en loop de este suelo también advierte que los fantasmas asoman primero en sectores puntuales, como es la posibilidad de perder el reparo por zona fría, o la chance concreta de un nuevo desguace de Fabricaciones Militares de Azul.

 

 

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