La asonada facciosa de los blindados
(Octubre, 1971)
Hoy se cumplen 50 años de los hechos ocurridos en las ciudades de Olavarría y en Azul, en donde las caballería blindadas C-2 y C-10 asumieron el estado de rebeldía ante el gobierno de Lanusse. Podemos expresar la escasa difusión y la viviente invisibilización de estos acontecimientos. El Cnel. García expresó que Azul ha estado en el centro de los comentarios, cuando se filtró información de que el 10 de Octubre una facción del ejército se alzaría en armas. El levantamiento se adelantó, y las repercusiones ascendieron. El choque faccionso entre militares o la génesis de un nuevo golpe de estado, preocupaban.
(El avance de uno de los tanques M-113 del Regimiento 10 de Artillería Blindado. Autor desconocido)
La perpetración de los hechos
Un claro relato de la época manifestaba preocupación por el ascenso de las críticas al gobierno nacional por parte de los jefes de la guarnición militar de Azul. A las 9 de la mañana del 8 de octubre de 1971, éste expresaba con intranquilidad lo que iba a suceder horas más tarde.
Al caer la media tarde, un carriers se apostó frente de la Radio LU10, y con ello se inició el movimiento militar. Tomaron el control de la Radio local y empezaron a transmitir comunicados. Lo mismo ocurría simultáneamente en Olavarría. Las fuerzas militares en levantamiento eran comandadas por el Tte. Cnel F. Díaz Loza del Regimiento 2, Tiradores de Caballería Blindada Olavarría y por el Tte. Cnel. F.A De Baldrich del Regimiento de Caballería de Tanques 10 «Húsares de Pueyrredón». Este último había asumido la responsabilidad del movimiento ante la ausencia del primer Jefe Cnel. Manuel García. Una reunión con el nivel castrense y político del jefe de la Guarnición Militar de Azul (en adelante, GMA) hizo que este delegue sus responsabilidades.
El ingreso, alrededor de las 19 hs., de un total de 60 vehículos (carriers, tanques, camiones y otros rodados) y aproximadamente unos 500 militares desde Olavarría, fue el gran y único escenario bélico del día. Una hora antes, desde la casa de Gobierno, el Presidente de Facto Lanusse había dispuesto cerrarla. Además se trasladaron los cazabombarderos A4B con asiento en Tandil hacia San Luis y se confeccionó la orden de represión.
En horas de la madrugada del 9 de Octubre de 1971, se suscitaron los siguientes hechos. El avance represivo comandado por el Gral. Leandro Anaya, subordinado de Aguilar Pinedo, transitaba hacia Azul, tanto por la ruta provincial 51 como por la ruta nacional 3. La información expresaba el avance de columnas represivas integradas por aproximadamente 9.260 soldados, algo más de 40 tanques y cañones Carriers M-113. Las reuniones en el Casino del cuartel mostraban inquietud. Ni el acercamiento del Jefe del Estado Mayor en Campo de Mayo, Federico Mourglier, ni el panfleteo de rendición que dejaban caer las avionetas, dispusieron el fin de la Asonada de los Blindados.
La perspicaz lluvia montaba un escenario especial entre el apuro y armas largas, los relucientes panfletos de rendición expresaban: “Evitemos esta nueva sangría estéril al país […] Esta lucha fratricida y desigual no puede enlutar nuestros hogares […] No hay derecho a arriesgar esta juventud […] reflexione ¡Recapacite!” El show psicológico para la rendición expresaba el necesario esquivo de un enfrentamiento bélico, dejando atrás los choques de 1962-1963 entre las facciones del ejército.
Mientras el alba se elevaba, columnas encabezadas por el Tte. Cnel. Díaz Loza avanzan por la ruta provincial 51, hasta el Sur de Saladillo en donde la presencia del ejército leal al gobierno los obligó a regresar. Para las 9 de la mañana la columna de C-2 de Olavarría retornaba a sus bases, igual que la de Azul.
El puente dinamitado del canal 11 en la ruta nacional 3 yendo hacia Las Flores, sirvió de poco ya que aunque provocó la obstrucción del avance represivo, la columna rebelde movilizada por la ruta provincial no pudo llegar a Capital Federal. La posibilidad de un choque bélico entre “rebeldes y leales” era una situación preocupante en la ciudad. Tal es así, que se ordenó evacuar a los pacientes internados en el Hospital Pintos y reservar camas ante el presumible enfrentamiento. Las fuerzas rebeldes apenas llegaban a 2.500 militares en armas y en frente, la superioridad en piezas blindadas y en militares era casi cuatro veces más.
La pronta frustración sediciosa y el fracaso del levantamiento militar pintaron las mañanas siguientes con titulares del periodismo gráfico.
(Titulares de los acontecimientos del 8 y 9 de octubre de 1971. Extracciones documentales de El Tiempo, Azul, y La Tribuna, Olavarría)
Acontecimientos seguidos y caracterizaciones del movimiento
El movimiento faccioso de las unidades blindadas, siendo una de las de mayor peso bélico, supuso una limitación en la gobernabilidad de Lanusse, quedando visiblemente expuesta la pérdida de capacidad para negociar. A la crisis económica que arrojó el librecambismo del Onganiato, el ascenso de las fuerzas revolucionarias-armadas, los acontecimientos obreros-estudiantiles en Córdoba, y la proscripción del Peronismo, se le sumó el reclamo de una facción del ejército.
El pedido de renuncia del tercer presidente de la autodenominada “Revolución Argentina“, tensionó su legitimidad, siendo acorralado por los partidos políticos tradicionales que indicaban la necesaria apertura electoral, que un mes antes del levantamiento se habían comunicado desde el gobierno de facto. Por otro lado, y para aumentar la tensión, una facción del ejército exigía la “profundización” de la “Revolución” y el abandono del liberalismo económico hacia el nacionalismo-cristiano.
La asonada de los blindados, que nace como una tendencia facciosa dentro del ejército, expresó el pedido de renuncia de Lanusse, la reivindicación del Nacionalismo cristiano integracionista, el repudio al librecambismo liberal y rechazo a la “liquidación” de proceso iniciado en 1966, mediante la afirmación de futuras elecciones. Así los acontecimientos del 8 y acabados, al otro día, el 9 de Octubre se erigen como un golpe de Estado a Lanusse, pronunciándose a favor de la “profundización” del golpe de estado iniciado en 1966.
Cumplido el 50 aniversario del levantamiento de los blindados iniciado en Azul y Olavarría, y acompañado por secciones de la blindada de Tandil, por las Guarniciones de Rio Gallego, Santa Fe, Catamarca y Formosa, podemos asegurar la escasa difusión y la inerte visibilización de los hechos.
El componente caracterizante que organiza el ideario político de Azul, ha sido desde el siglo XX, un espacio en donde “se cocinan” los grandes hechos reaccionarios de la provincia y del país. Azul es, debido a su fuerza terrateniente y aristócrata, por ser sede del ejercicio eclesiástico, por tener instituciones administrativas federales y ser sede del Poder Judicial, una ciudad con gran incidencia en la política nacional.
El proceso de invisibilización de los hechos que se suscitaron a principio de octubre de 1971 no han de negar la influencia de estas instituciones, dejando en claro el carácter central del ideario político de las altas esferas de la ciudad, en donde el apoyo reaccionario alentó a un nuevo golpe militar desde las entrañas mismas de un golpe iniciado cinco años antes.
(Cobertura de la rebelión a cargo del medio gráfico Siete Días. En las postales superiores se distingue la diligencia azuleña; en las imágenes de abajo se aprecia el puente caído en Ruta Nacional N°3.)
Algunas reflexiones finales
El desarrollo sedicioso, que fue calificado de ultraderechista por Lanusse -aunque algunos militares que participaron del mismo fueron funcionarios del Peronismo en 1973 y que otros proclamaban ideas ante el subdesarrollo continental o ante la Unidad de la Patria grande- expresaron las contradicciones dentro del ejército y la escasa legitimidad de gobierno.
Las impugnaciones florecían a modo de recuperar el control de Estado, entre la profundización del golpe iniciado en 1966 y la ineludible salida de Lanusse por la vía electoral, que manifestaban el grado de contradicción del capitalismo nacional, que pujaba en la disposición de un tutelado liberal o nacionalista.
El levantamiento de la caballería blindada con asiento en Azul y Olavarría, se puede traducir como una operación política y militar comandada en interés de recuperar el control del Estado, que iniciara a su vez un proceso por medio de un nuevo golpe de estado, mostrando otra vez a las fuerzas armadas como tutelares del orden constitucional, haciendo y deshaciendo a su manera.
Además esto evidencia, con la salida electoral de Lanusse y con la consecuente liquidación de la autodenominada Revolución Argentina, que el proceso de golpes de estado no estaba acabado. La lucha por la profundización de la política iniciada por Ongania, tiene su correlato en el golpe de estado de 1976 ya que a pesar de las diferencias ambos son, desde nuestro punto de vista, la continuidad de un proceso iniciado en 1930 en el que, a excepción en el período que va de 1946 hasta 1955, se da una alternancia entre golpes de estado castrenses y gobiernos democráticos débiles tutelados militarmente.
Reconocer nuestros hechos, difundir nuestra historia es un modo de envalentonar nuestra conciencia, cegada y atuertada a golpes y sangre, desde allá y desde acá.
García, Santiago; Lardapide, Yanina y Pareta, Mariela
História Política de Azul
Cátedra: Dr. Miguel Mugueta
4° Profesorado en Ciencias Políticas
Cohorte 2017
ISFDyT 2° – Ciudad de Azul