Lunes 20 de septiembre. Una precaria vivienda, en la margen más humilde y ancestral del arroyo azulado, está siendo consumida por el fuego. El siniestro es advertido por un pibe de Villa Fidelidad, de regreso del frigorífico a su barrio, que en segundos salta desde la bici y encara hacia el hogar en llamas. En su interior resiste el dueño, Roberto Ortíz, que salvará su vida por la valentía de Gerónimo Bardas, un héroe sin capa pero con sentido de pertenencia a la Villa: una barriada signada por la solidaridad y el abrazo colectivo.
Gerónimo es fruto del semillero que Villa Fidelidad tracciona junto al San Francisco y el UOCRA, para hacerle frente a la ausencia estatal, y al abandono mayoritario de una sociedad ajena a las realidades marginales. Gero es reflejo de otres imprescindibles a pulmón, como Julia Rigo, que lleva años atiendo autogestivamente el hambre y el frío de centenares de azuleñes, sin mayor refuerzo que las manos familiares y amigas, desde su propia casa en el Sanfra.
Julia ofrendó unas palabras de reconocimiento el pasado miércoles, a dos días del siniestro que devastó la casa de Roberto Ortíz, para visibilizar el gesto del futbolista de las inferiores de San José, que también había expresado su orgullo de formar al pibe.
“Gracias Gero. Es una acción hermosa la que tuviste. Conociéndote, no dudo de cómo actuaste y de lo que hiciste”, ponderó Rigo en sus redes. “A veces los ángeles – o como quieran llamarle – están en el lugar indicado. Sos un orgullo Gerito. En nombre de la familia Ortiz y nuestra comunidad, te agradecemos profundamente”, concluyó la vecina protectora de tantes nadies.
En diálogo con El Estallido, Julia llevó tranquilidad respecto a la salud de Roberto y de Gerónimo, quienes no arrastran secuelas del contacto con el fuego. La casa de Ortíz, en tanto, se encamina a un reacondicionamiento total, motorizado por la citada impronta solidaria de sus vecines.
Se reciben donaciones de pintura y elementos para la terminación del hogar, así como todo apoyo material tendiente a las condiciones dignas del mismo. Les interesades en colaborar con Roberto y su casa, pueden dirigirse a la sede del Club San José.
La valentía de Gero es señal de que la solidaridad azulada no es mito, sino futuro atendiendo las crisis del presente. Un angelito de barro que enseñó, sin distinción de clase, que el lugar indicado siempre será uno empático, donde la dignidad y la vida se cuidan entre iguales todos los días.