Será otra jornada memoriosa con aquelles que nunca volvieron, de cumplimiento con lo que dictan las banderas convocantes de todo 8 de marzo: unidad de mujeres y disidencias. En el paro para la visibilización de postergadas conquistas, y de cara a las luchas por cada derecho adquirido. Más este no será cualquier #8M para las mareas de la Argentina, y así lo advierte la Asamblea transfeminista e intersectorial de Azul: «La violencia sobre nosotres no se detiene. Todo lo contrario; en este contexto socio-político estamos nuevamente en la mira, y se ponen en jaque todos los derechos adquiridos».
«El movimiento transfeminista sale a las calles otra vez, tal como nosotres paramos el mundo. Es por ello que es ahí donde debemos volver para defender nuestros derechos», sentencian de cara a las actividades que coparán plaza san Martín desde las 16, en sintonía con el acto principal del #NiUnaMenos frente a «la casa del pueblo». «Este 8M vení al Congreso con NI UNA MENOS! Concentramos y hacemos ollazo, verdurazo y movidas artísticas. Contra el hambre y las políticas de ajuste. Hacemos marea juntes desde las 16 hs, para ponerle cuerpo al paro feminista internacional», postearon desde el colectivo que concentrará en Hipólito Yrigoyen y Solís, sobre la Plaza de los dos Congresos.
A lo largo de la Argentina, miles de mujeres tomarán la decisión de no asistir a sus trabajos para unirse a la marcha o hacer un paro para demandar por sus derechos. A quienes trabajan en el sector público, el vocero presidencial Manuel Adorni les advirtió que el día será descontado si asisten a algún acto en horario laboral. «El Ministerio de la Mujer dejó de existir y, al menos en este Gobierno, no va a volver a existir jamás», dijo.
Es que enfrente hay un gobierno anarcocapitalista, fascista y patriarcal. Un presidente que caracteriza al aborto como «un asesinato agravado por el vínculo», perpetrado por «las asesinas de los pañuelos verdes». Un gobierno que impulsó sin éxito una ley ómnibus donde las mujeres son reconocidas sólo en tanto «madres y víctimas»; las diversidades no existen pero si tienen entidad «los niños por nacer»; y busca degradar las leyes Micaela, de paridad y de los mil días. Mismo gobierno que avaló un proyecto de ley con vistas a derogar la IVE de una diputada oficialista, mientras prohibe el lenguaje exclusivo en toda la administración pública, dictamina la desaparición del INADI. Ejecutivo que pretende borrar del mapa político y social a las mujeres y las diversidades – anulando lo conseguido en materia de derechos y empezar de cero, de forma “autoritaria y anticonstitucional”.
«El 8 de marzo es una jornada de lucha por los derechos de mujeres y disidencias, es un dia de refexion y sobretodo de planteos para revertir las desigualdades que atravesamos en esta sociedad cis hetero patriarcal», añaden desde la asamblea azulada. El objetivo será remarcar pero a la vez trasbasar el reclamo sectorial; generar las bases para que se vea y escuchen reclamos que atraviesan diversas organizaciones y estratos. El desafío es cómo se genera tal conexión que tienda puentes solidarios, y sea tracción intersectorial mediante una fuerza transversal nacida del movimiento.
«No es un 8 de marzo más», coincide la periodista militante Mariana Carbajal. «Hay un Gobierno abiertamente antifeminista, que nos quiere calladas y sumisas, que nos pega con un ajuste intolerable, que profundiza los niveles de pobreza, que no manda alimentos a los comedores comunitarios –donde las trabajadoras comunitarias hacen malabares para una vianda y conocen la cara del hambre cada día–, que promueve discursos de odio, que se burla de las personas con discapacidad, que recorta jubilaciones y genera con su plan económico despidos en distintos sectores». Aún así, Carbajal agrega con esperanza: «No es un 8M más. Es la oportunidad de volver a abrazarnos, de contagiarnos de energía, de gritar esa bronca contenida».
«Invitamos también a los varones a marchar, porque creemos en desarmar la política de la crueldad y en decir que no aguantamos más», propuso esta mañana Luci Cavallero, socióloga feminista e integrante del Ni Una Menos. Asegura que esperan que la masividad sea la mayor forma de defensa. “Vamos a ocupar las calles pensando en el autocuidado como parte de la organización, pero con mucha preocupación”. Desde el colectivo fundante aspiran a que la marcha 2024 sea “como una caja de resonancia de todos los impactos de la política neoliberal”, o a decir de Caballero, «que sea una marcha masiva a pesar de este apagón informativo que está habiendo”.
Al estado de alerta por la motosierra sobre el bolsillo y los derechos adquiridos, lo agrava esa vena abierta por las cifras de la violencia patriarcal en 2024: 62 mujeres y disidencias asesinadas desde el 1 de enero a la fecha. Un femicidio o travesticidio cada 26 horas. Como resultado del horror del patriarcado, el observatorio Lucía Pérez registra además 6 infancias víctimas de la violencia vicaria, más otras 43 huerfanxs en lo que va del año. En paralelo – según lo aportado por el observatorio de género de MuMaLá – existieron 92 intentos de femicidio. De este último registro nacional de femicidios, MuMaLá aseverá que más del 55% de los femicidas eran pareja o ex pareja de las víctimas; 16% de esas mujeres y diversidades que nos faltan, tenían al menos una denuncia contra quien las mató.
La cita entonces para la marea en el pueblo del color, es desde las 16 frente al municipio. Aquelarre, talleres diversos, artes pluriculturales y marcha popular. Porque vuelve a gritar la asamblea, que «lacalle es y seguirá siendo nuestro lugar para tejer redes, fue la base y los consensos de nuestras conquistas». «Sabemos que no vamos a retroceder – agitan con fuerza – y a los cómplices de este gobierno de la crueldad le decimos: ni ajuste más ni un derecho menos».